1. El Kirchnerismo y la lucha por el poder
• Estamos asistiendo al preludio de un momento clave en la política argentina. Una vez más, estamos frente a una pulseada entre el poder instituido – que tiene que atravesar una prueba decisiva – y la oposición. Todas son minorías en juego, y de escasez suficiente como para asegurar la gobernabilidad, cualquiera sea el resultado.
• Es obvio que el kichnerismo es la porción más grande de las minorías; y hasta el momento podría seguir siendo la minoría principal después de las elecciones.
• El kichnerismo representa alrededor del 30/35% de la adhesión cívica; y cuenta con la ventaja que el 65/70% restante está atomizado. Pero, es casi imposible poder mantener la gobernabilidad sin alianzas con otras fuerzas políticas.
• No solo no es suficiente para el gobierno un resultado electoral favorable, sino que se pueda asegurar el número de legisladores suficiente para mantener el quorum propio en el Congreso, y por lo tanto que tenga margen de maniobra para seguir gobernando.
• El propio Néstor Kirchner y Daniel Scioli señalaron taxativamente, nada menos, que lo que se pone en juego es la gobernabilidad. El juego es a todo o nada. Revestida simbólicamente como un plesbiscito, aunque no lo es, marca el carácter binario de la elección.
• Considerando los antecedentes dramáticos o trágicos de la política en la historia nacional, las definiciones en el espacio público preanuncian que de las palabras se puede pasar a los hechos. ¿A cuáles hechos?.
• ¿Será verdad entonces que si el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner no logra en las urnas, contar con el oxígeno suficiente podría hacer un gesto excepcional como señalan los corrillos políticos, la mayoría de las veces distantes de la realidad que luego ocurre?.
• A nosotros solo nos queda, modestamente, analizar la realidad e intentar comprenderla, y estamos lejos de conocer lo que hierve in-pectore, de las dinámicas de la subjetividad.
2. Situación electoral – la madre de la batalla
• Hasta el momento el kichnerismo tomando el promedio nacional sería la primera minoría, y en principio ganador de la elección. También hasta el momento, la alianza no peronista Coalición Cívica más UCR y el socialismo santafesino se ubicarían en segundo lugar y el denominado properonismo, tercero.
• El kichnerismo está ganando en la mayoría de los distritos del país. Y perdiendo en Ciudad de Bs.As., Santa Fe, Córdoba. La provincia de Buenos Aires donde se libra la denominada “madre de las batallas”, la situación es favorable al oficialismo, pero ayudado por la jugada que consiste en la llamadas candidaturas testimoniales. Y sobre todo con la presión de abajo hacia arriba de las boletas que incluyen la participación inestimable de los intendentes.
• Para tener una idea de la dificultad que entraña conservar los diputados hagamos un ejercicio. En la Provincia de Bs.As. hay que renovar 20 bancas (cabe alclarar que la conversión de votos es compleja debido a la vigencia del Sistema D´Hont, que consiste en asignar bancas en base a los cocientes de los votos que obtienen los partidos, no solo el que gana sino el resto también. Para no hacer largo el ejercicio digamos que por única vez que un partido oficialista obtuvo las 20 bancas en una elección exclusivamente legislativa, fue en 1993 cuando el P.J. obtuvo el 48,2% de los votos. Esto no significa automáticamente que el kichnerismo debería obtener una proporción similar, porque eso depende de cuántos saquen los demás partidos. Si el que sale segundo tiene una proporción alta (caso de polarización) entonces al primero le tocan menos bancas.
• Las situaciones más críticas para el kichnerismo se registran en los grandes centros urbanos y en las ciudades que se encuentran en las zonas rurales; sobre todo en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fé y Entre Ríos.
3. Razones del voto
• Hay un voto claramente antik que se manifestó en las grandes ciudades en la elección presidencial del 2007 y que hoy se expresa más abiertamente.
• Este voto en términos de clase social es profundamente representativo de la clase media, y ha crecido fuertemente a partir del conflicto con el campo. Este voto es capturado por diversas fuerzas opositoras y tienen que ver con una posición de fuerte negatividad al oficialismo, más que una actitud propositiva a favor de las políticas de la oposición.